Como eran tus hábitos antes de la enfermedad? ¿Solías tener una dieta natural?
¡Para nada!... si bien la entrada de Silvina (mi mujer) a mi vida significó un cambio substancial entre otras cosas por lo que se refiere a los cambios en mis hábitos alimentarios, desde que ella tenía una alimentación más cercana al vegetarianismo debido a los años que vivió en Brasil. Pero yo, desde pequeño, fui educado para consumir la típica dieta de una familia argentina de ascendencia italiana. En ese aspecto siempre digo sonriendo que los argentinos tenemos “Lo peor de Tres Mundos”… porque adoptamos la cultura criolla de comer masivas cantidades de carnes, a eso añadimos la cultura italiana de comer carbohidratos con las pastas y finalmente le añadimos la cultura panadera española con la ingesta de grandes cantidades de harinas de trigo… si hubiéramos adoptado “lo mejor” de España e Italia, al menos nos hubiéramos beneficiado con las propiedades antioxidantes de la “Dieta Mediterránea” y del aceite de oliva. Pero no… por eso estuve casi cincuenta años de mi vida comiendo grandes cantidades de carnes, pastas, hidratos de carbono y trigo… sin olvidar la ubicuidad de la leche y sus derivados.
-¿Cómo te llegó el diagnóstico? por un chequeo de rutina o alguna molestia.
Bueno sí, básicamente es como siempre llegan estos diagnósticos a la gran mayoría de las personas, una molestia de alguna clase que genera los respectivos exámenes analíticos y ¡zácate!... en mi caso fue por piedras en los riñones. Una dolencia que venía arrastrando desde los treinta años de edad, una vez, cada tres o cuatro años me venía un cólico renal por alguna piedrecilla que bajaba desde alguno de mis riñones. Agradecido estoy al médico urólogo que sospechó de la incidencia en los recuentos de linfocitos de mi analítica y me derivó con la médica hematóloga.
-Al ofrecerte el tratamiento tradicional, ¿qué decisión tomaste? ¿Lo charlaste con tu familia?
Bueno, fue muy duro… prim~~89a hematóloga dictaminó mi cáncer linfático a tan sólo 10 días de Navidad y de Fin de Año y debido a que el diagnóstico se había producido en un estadio muy temprano de la enfermedad, la doctora me dijo que todos los análisis, biopsias y sesiones de resonancia nuclear magnética vendrían después de la primer semana del año nuevo. En ese momento los pensamientos en mi cabeza se dispararon a velocidad supersónica. Recuerdo que apenas salí de la consulta del Hospital Puerta de Hierro fui andando hasta un pequeño parque colindante al hospital y me senté allí, tratando de poner algo de orden al caos de mi cabeza. Y fue así cómo, mientras veía a mi alrededor a personas paseando perros, carritos de bebés y ancianos aprovechando el sol de esa mañana de invierno; tomé la dura decisión de NO DECIR NADA A NADIE, por lo menos hasta después de pasadas las fiestas… ese año la reunión familiar estaba programada para la Nochevieja con la visita de mi hermano, su esposa y mis dos sobrinos para disfrutar de las doce uvas y ya me imaginaba la desazón que hubiera reinado en la casa después de dar la noticia: “Tengo cáncer”. Fue así cómo tomé la decisión de guardar mi condición en secreto hasta después de Navidad y Año Nuevo.
-¿Cómo fue la reacción de tu entorno? familia, amigos, compañeros?
Bueno lo mejor sin dudas fue el apoyo incondicional de toda mi familia, especialmente mi mujer Silvina y mi hija Catalina de 19 años de edad. Mi cáncer contribuyó a que se estrecharan aún más nuestros lazos, especialmente con mi mujer siendo que veníamos de recuperarnos de 1 año de separación, tras casi 25 años de matrimonio. Mi cáncer nos unió a fuego.
Pero lo más significativo fue la decisión de no seguir con el protocolo del sistema médico sanitario. No fue una decisión tomada a la ligera, sino el resultado de analizar los indicios claros que los mismos médicos nos fueron dando. Señas que nos marcaron cuál era el camino correcto a seguir.
Mi primer contacto con el protocolo del Sistema Médico Sanitario fue con la consiguiente “experiencia quirúrgica”. En mi caso fue la extirpación de un ganglio en mi axila izquierda. No niego que pueda haber casos de tumores cancerígenos muy avanzados en órganos vitales que podrían requerir de cierta cirugía. Pero me parece aberrante y descabellado ver la manera sistemática en que la medicina occidental literalmente “despedaza” a los pacientes con cáncer. Extirpar pechos en las mujeres ya se practica hasta de forma preventiva. Solo “por las dudas” se extirpan glándulas tiroideas, para luego comprobar que no había peligro y, finalmente, ver los casos de pacientes con cánceres gastro-intestinales soportar un verdadero calvario hasta su inevitable muerte.
Otro claro indicio de que debíamos investigar sobre formas alternativas de tratamiento fue la cita que tuve con la doctora hematóloga a la que fui acompañado de mi mujer. En esa entrevista nos comunicarían el cronograma a seguir con el tratamiento con quimioterapia. En mi caso, dejar de subirme al escenario y actuar, no tener contacto con las personas ni siquiera con mis perros (que son hijos para mí), la consabida caída del cabello, deterioro de dientes y uñas (algo que la doctora en ese momento no mencionó pero que yo descubrí investigando más tarde es el importante daño a órganos como el hígado, corazón y riñones), al cabo de unos meses sufriría deterioro en mis venas por lo que ya no podrían inyectar las potentes drogas en mis brazos, de manera que me colocarían un Catéter Venoso Central en el pecho (que casi siempre conlleva problemas infecciosos) y finalmente, que no podría salir de casa porque mi sistema inmunológico estaría tan deprimido que sólo con el volar de una mosca correría el riesgo de pillarme una infección… Recuerdo que mientras la hematóloga describía este escenario desolador a mi mujer le empezaron a brotar las lágrimas de los ojos y entonces, la doctora se detuvo en su discurso y le dijo en tono intransigente: “¿Y usted porqué llora?” a lo que yo le contesté “¡Pues llora porque usted le está diciendo que la persona que ama se va a transformar en un maldito muerto viviente!”
Faltó muy poco para que nos levantáramos y saliésemos de ese consultorio hechos una furia, pero la doctora enseguida trató de calmar los ánimos, se disculpó y atribuyó nuestro nerviosismo a la delicada situación por la que estábamos pasando (Al menos manifestó un poco de humanidad aunque yo en ese momento hubiera preferido que manifestara el humor cínico del Doctor House)
Fue así como mi mujer y yo decidimos buscar otras alternativas e inclusive una “segunda opinión” con otro facultativo. Pero faltando tres días para la fecha de comienzo del tratamiento con quimioterapia, nos enteramos que el hermano de una amiga había curado su cáncer linfático de manera natural e inmediatamente le llamé por teléfono. Al día siguiente estaba en la consulta de mi doctora hematóloga para informarle que había decidido aplazar mi tratamiento. Como era de esperar, ella puso el grito en el cielo: “¡Que cómo iba yo a hacer eso!” “¡Debemos comenzar con la quimioterapia ahora que su estado físico es muy bueno!… ¡No hay tiempo que perder!... ¡Usted haga lo que quiera… es su decisión… pero recuerde que se está jugando la vida!”
-¿En qué más contribuyó el cambio de alimentación?
Quiero poner énfasis en que esto no es una “Dieta Natural” más.
Lo fundamental en el tratamiento holístico es realizar un verdadero “Cambio de Hábito de Vida”. Para realizar una eficaz Curación Holística, el tratamiento tiene que sostenerse sobre cuatro pilares muy importantes:
1) – Alimentación Alcalina: Es un tipo de alimentación macrobiótica y Vegana. Al comienzo del tratamiento se realiza una depuración y desintoxicación muy intensa de ocho días, básicamente se trata de una “quimioterapia natural” porque el “semi - ayuno” y la deshidratación a la que uno se somete tiene como objetivo la destrucción de las células, tanto las buenas como las malas. Igual que con quimioterapia, pero sin los “defectos colaterales” ni el daño a los órganos vitales.
2) – Oxigenación: Las células cancerígenas no sobreviven en un medio oxigenado por lo que es muy importante hacer ejercicios físicos y de respiración. Yo tuve que aprender a respirar. Y comencé a ir a natación como nunca antes lo había hecho. Muy al contrario de lo que me habían aconsejado los médicos convencionales.
3) – Relajación: Tanto el cáncer como el resto de enfermedades degenerativas proliferan y se “alimentan” de un medio ácido. El estrés de la vida actual genera una gran acidificación en la sangre. Es por ello que se debe adoptar un cambio de los hábitos de vida en este sentido. Aprender técnicas de relajación y respiración. Al mismo tiempo, cuando el cuerpo se encuentra totalmente relajado con la mente en meditación profunda de frecuencia Theta, está comprobado que no sólo alcaliniza su metabolismo, sino que también potencia el Sistema Inmunológico.
4) – Claridad Ideo-motora: esta es la columna vertebral de la Curación Holística. La claridad de objetivos. En mi caso, me sirvieron unos cuatro meses de Psicoanálisis. Pero la persona tiene que hacer las paces consigo misma, liberar culpas, asumir pérdidas o duelos y tratar de que un profesional le ayude a interpretar las señales del subconsciente. Pero por sobre todas las cosas, la curación se producirá gracias al entrenamiento ideo-motor que uno puede lograr haciendo una catarsis de su propia existencia. Asumiendo “la muerte” de esa persona que ha sido durante toda una vida, para ser testigo del “renacer” de un nuevo Yo. Al mismo tiempo esto implica hacerse cargo de su propia enfermedad, de su propia curación.
Pensamiento ideo-motor “Yo me haré cargo de mi cáncer”, los médicos y terapeutas podrán ayudarme en ciertas etapas del tratamiento pero “SOY YO quien toma las decisiones ejecutivas”
-¿Hiciste algún tipo de análisis sobre qué significo realmente la enfermedad en tu vida personal, y en relación con el entorno?
¡Y que lo digas!... mi cáncer me ha ayudado a comprender que debía re-inventarme como persona. Abrió mis ojos. Me hizo ser consciente de que la vida consumista occidental que conocemos es una gran mentira. Una paradoja, una auténtica copia de la alegoría del Mito de la Caverna de Platón. Alucino colores al pensar que un filósofo griego 400 años Antes de Cristo ya había perfilado la psique del ser humano que se mantiene hasta hoy en día, en pleno siglo 21.
Este cambio radical en el Hábito de Vida significa también dejar hábitos sociales, dejar de ver personas y descubrir quiénes son los auténticos amigos. En mi caso han pasado cosas increíbles, como por ejemplo, que ahora realizo mi actuación con renovada energía. Esto ha generado por suerte mucha admiración y respeto, pero también, en algunos ámbitos, ha provocado cierta rencorosa envidia. Al punto que me han dicho que algunos han llegado a decir que me había “inventado lo de mi cáncer” como estrategia de marketing…
-¿Qué mensaje (te) deja este período de vida que te tocó atravesar?
“Los sabios hablan porque tienen algo importante que decir. Los tontos hablan porque tienen que decir algo…” (Platón – 450 A.d.C.)
-¿Quién es Mike hoy?
Bueno, quiero creer que el Miky Mc Phantom de hoy en día es una persona un poco más sabia que antaño, aunque sigo igual de confundido que siempre… ¡jajaja!... pero esa es la actitud que me apasiona: saber que hasta el día que me muera estaré constantemente aprendiendo. Os dejo con un saludo budista que me encanta: “El Dios en mí saluda y honra al Dios en vosotros”
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